JORGE BARBI (1950) / NO VUELVO A HACERLO CONTIGO

Yo soy absolutamente contemporáneo, pues hago un trabajo muy especializado, empleo nuevas tecnologías, mezclo géneros y materiales, exploro insólitas formas y experimento con innovadores campos artísticos.
Claro que como soy el gallego BARBI y no paro de preguntar e indagar, para eso poseo una mascota en los huesos y mi silueta está en la pared encadenada a ella, como signos de una rebelión que siempre está aplazada, como los símbolos y maneras de una época que hace del concepto el misal y de la puesta en escena el ser y no ser.
Pero también se pone de manifiesto un humor solapado de dimensión crepuscular, decadente, frío y malencarado. No hay razón por eso para quejarse sino para establecer deducciones que almuerzan con el disimulo y la cuestión que se cuestiona.
Que la percepción de esta obra no conlleve hábitos de lloro ni figuraciones inexistentes, que no echamos en falta el muecín convocando a la oración, ni el clarín del despiece, pues es cierto, como que lo es el que tan sólo hemos de asistir y mirar una ceremonia que ha perdido de vista el ritual porque estaba pensando en la consunción del pene. Punto final.

Me instalo en el mundo
propenso a condenar
cada día
más
mi corazón de hombre
(Giuseppe Ungaretti).

Publicado por Goyo

Escritor de arte, coleccionista.

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