De la abstracción nadie pensó que tuviera un tramo tan largo. Es un recorrido que nunca acaba de convertir la desmaterialización en otro estadio, de consumarla en su propia agonía.
Por lo que se refiere al cubano MÁRQUEZ, actualmente residente en España, se observa el mismo grado absorto que culmina en un pensamiento que de su fugacidad quedaron unos trazos, unos contrastes dialogantes y que bailan entre ellos, ya sean limpios o sucios, reveladores de que su lenguaje se reinventa tanto en códigos como texturas.
Es una pintura al que la referencia, dada su promiscuidad cromática, se la añade el espectador, si no está empeñado en ver más allá de ese murmullo solipsista que sigue sin romperse.
Pero tal vez sea pronto para hacer conjeturas:
dejemos
que la tramoya se prepare,
que los que han de morir recuperen su aliento,
y pensemos,
cuando el drama prosiga y el dolor
fingido
se vuelva verdadero en nuestros corazones,
que nada puede hacerse, que está próximo
el final que tememos de antemano,
que la aventura acabará, sin duda,
como debe acabar, como está escrito,
como es inevitable que suceda.
(Ángel González).
Reblogueó esto en Vivencias Plásticas.
Me gustaMe gusta
Angel, me ha gustado mucho su comentario, es magnífico, sobre todo la forma de narrar y decir las cosas, ha sabido describir con maestría la esencia de mi pintura, con un lenguaje plástico-técnico, muchas gracias.
Me gustaMe gusta